DHEA (dehidroepiandrosterona) es baja en dosis en personas con enfermedad de Crohn. La investigación preliminar indica que la ingesta a corto plazo de DHEA para estas personas es segura y puede proporcionar efectos beneficiosos.
La enfermedad de Crohn es una enfermedad crónica que causa inflamación del tracto digestivo. Esta inflamación suele ocurrir en la parte inferior del intestino delgado, pero puede afectar a cualquier parte del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano.
La enfermedad de Crohn también se llama enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Término utilizado para referirse a los trastornos que provocan la inflamación de los intestinos.
Estudios clínicos
En un estudio de 155 sujetos con enfermedad de Crohn en comparación con 66 sujetos sanos y 64 sujetos con colitis ulcerosa, las personas enfermas tenían niveles más bajos de sulfato de DHEA (DHEAS) en el suero que las personas sanas. Para aquellos con enfermedad de Crohn, pero no para aquellos con colitis ulcerosa, un bajo nivel de DHEAS se asoció con una alta presencia de ESR, mientras que un alto nivel de cortisol se asoció con una alta presencia de ESR y CRP. Otro estudio encontró un cambio en la relación cortisol/DHEA en sujetos con enfermedad de Crohn, con más cortisol y menos DHEA en su cuerpo.
Se realizó un segundo estudio sobre los efectos de la DHEA en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal crónica. Veinte pacientes (7 con enfermedad de Crohn; 13 con colitis ulcerosa), de 18 a 45 años, tomaron DHEA 200 mg por vía oral una vez al día durante 56 días. Todos los sujetos estaban severamente afectados y refractarios a los medicamentos que se les prescribieron. Estas prescripciones permanecieron iguales 2 semanas antes del estudio, así como durante todo el estudio. Entre el grupo con enfermedad de Crohn, seis de siete respondieron al tratamiento con una disminución de la actividad de la enfermedad. Los 6 sujetos incluso entraron en remisión. Como el sujeto no respondió favorablemente al tratamiento, abandonó el estudio durante la primera semana. Disminuyó la frecuencia de heces blandas, diarrea sanguinolenta, dolor abdominal y colitis ulcerosa. Solo un paciente recayó el día 56. Todos los demás sujetos fueron monitoreados durante 8 semanas después del estudio y ninguno experimentó una recaída de la enfermedad de Crohn.
